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“No quiero que me donen un hígado porque puede ser de un gay”

Vicente Fernández ahora sí que se la voló a lo grande. Sin mentirles me reí como por media hora de esta declaración, y es que es absolutamente ridícula y homofóbica.

Lo que dijo exactamente es que no quiere un trasplante de hígado porque teme que el donante pueda ser homosexual o drogadicto.

Vale, primero que nada, ser gay no tiene absolutamente nada de malo. Segundo, poner en la misma categoría una orientación sexual y la adicción a substancias está fuera de lugar.

Según los doctores las únicas razones para rechazar un órgano es una infección contagiosa o una infección crónica transmisible (como VIH, hepatitis, sífilis o tuberculosis). Ni siquiera el efecto transitorio de las drogas te deja necesariamente una enfermedad crónica.

Pues allá Chente y su mala cabeza. Nada más no le vayan a andar creyendo sus sandeces.

-El Chile Jalapeño.

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